La llave secreta para lograr tus sueños

La llave secreta para lograr tus sueños

Todo comenzó en 1998. Sí, hace algún tiempo ya, quizás demasiado, pero les prometo que no soy tan vieja. 

Nos reuníamos en el techo de su apartamento a ver las estrellas y a hablar de ideas en vez de gente, pero sobre todo, a soñar despiertos. Y cuando te digo soñar, quiero decir a dejarnos llevar por la noche oscura, iluminada sólo por las estrellas de Maracaibo, la segunda ciudad más grande de Venezuela, país donde nací y crecí. 

Debajo del cielo estrellado soñábamos grande y sin límites y es así como debemos soñar siempre, después de todo, los sueños son gratis.

Nos reunimos en incontables noches donde no hizo falta nada. Ni una cámara, ni un celular, podrían recrear una mejor imagen como la que mi mente guarda de ese momento. 

Es más, gracias a que nada pudo distraernos de nuestros mágicos encuentros, creamos una conexión única, estuvimos presentes en cuerpo y alma, y si me preguntan, aún guardo esos recuerdos como si fuera ayer. 

Allí aprendimos a estar cien por ciento presentes, y experimentar lo que eso significa realmente. “Estar presentes” y simplemente ser las personas que éramos. Sin máscaras, sin el qué dirán, sin ningún tipo de bloqueo. Allí fuimos nosotros, totalmente transparentes, revelando nuestros secretos más grandes, sintiéndonos livianos y seguros, apoyados los unos de los otros.

En muchos momentos, nos reunimos dos, tres, cuatro personas como máximo. Era un círculo al que no todos entraban. Y nunca lo dijimos de esta manera, pero quedaba sobreentendido el poder de nuestra amistad y la importancia de todo lo que allí vivimos.

Allí lloramos, reímos, soñamos en grande y lo más importante, construimos nuestra visión de vida. No había un sueño que no pudiéramos cumplir. Nunca nos enfocamos en el ¿cómo? sino en la visión. 

En esos momentos, con tan poca edad, te puedo decir que moldeamos nuestras vidas. Nos apoyamos y confiamos firmemente que podíamos lograr todo. Todo se volvía posible siempre y cuando soñáramos en grande y viéramos cada idea como una posibilidad. 

Y así fue como crecimos con la convicción de que todo es posible. Entendimos que mientras soñáramos en grande las oportunidades aparecerían. Sabíamos que si las buscábamos, y si trabajábamos estratégicamente, siempre estarían disponibles para nosotros. Aprendimos, que la constancia y la determinación nos llevan lejos, y que también ser un poco tercos nos ayuda a lograr aquello que queremos.

También aprendimos a apoyarnos y sostenernos alto, a confiar que nuestros logros serían grandes y a no aceptar quedarnos en nuestra zona de confort por miedo a intentarlo.

En conclusión, los años han pasado y muchos logros hemos obtenido. 
Nos mudamos de nuestro país retando al mundo y a todos esos lugares que nos recibieron. Empezamos nuestro camino con carreras que sabíamos que podían no ser las más exitosas en el extranjero, pensando en que quizás no tendríamos el mejor salario, o que no lograríamos mucho por ser minoría en muchos sentidos; desde no hablar el idioma o no tener la suficiente experiencia, hasta nuestro color de piel o nuestra nacionalidad. Cosa que nunca nos detuvo ni por un segundo. Es más, decidimos hacer oídos sordos al respecto. 

Para sorpresa de muchos, pudimos lograrlo todo y más. 
En este proceso ya han pasado 24 años, y seguimos sumando sueños que siguen siendo tan grandes como antes. 

Seguimos escuchando nuestra voz interior y creyendo en el poder de esta amistad que se creó hace tantos años. Seguimos pensando que sí, que todo es posible. Si nos enfocamos en la visión y no en el cómo, el cómo siempre llega.

Conocemos la responsabilidad de que nuestra visión siempre sea lo más clara posible, para ser tan fuerte como para que nos guíe en todo lo que queremos lograr en nuestro futuro.

Seguimos teniendo presente que si llegamos a necesitar un empujón, estamos a una llamada de distancia, y que la amistad es la llave secreta para lograr nuestros sueños.

Esta charla viene de un sueño y de un reto de alguien que siempre creyó en mí y en mis posibilidades, gracias por retarme día tras días.  Qué mejor regalo para ti, que un speech para la persona que hace los mejores speeches en el mundo. Hoy te felicito y digo lo que siempre nos acompañó: “No esperaba menos de ti”. 

Gracias por tanto y vamos por más sueños como éste que culminas hoy.

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